7 de junio de 2013

Yo también creo que el arte puede cambiar el mundo


Puede el arte cambiar el mundo?

Muchos dirán qué “NO” sin apenas pensarlo; otros pensarán que “depende” a los 3 segundos; y algunos soñadores, tras segundos recapacitando, en su mente sonará un  “Sí, el arte puede cambiar el mundo”.

Porque el arte es creación, es juego, es diversión, es un espejo donde reflejar la realidad, donde poder jugar y llegar a transformarla. Es todo esto, pero es mucho más: el arte también es político.

Porque el arte, vinculado a la acción social, puede generar impactos en el entorno. La creación artística permite ocupar espacios políticos y democráticos: Promueve la participación social de personas en riesgo de exclusión, genera reflexión sobre hábitos y formas de vida, aumenta habilidades y estimula sentimientos de pertenencia y arraigo. Puede cambiar la vida de las personas y contribuir a su desarrollo humano.

Con las artes, creamos algo nuevo. En las artes, estamos cada uno, a nuestra manera, en una batalla contra la homogeneización, luchando por construir una nueva percepción de nosotros mismos, el sentido de la posibilidad, y una manera diferente de ver. Empezamos nuevas conversaciones que se cruzan más allá de los límites de lo común y se olvidan los temas creados por los intereses de los poderosos. Ya no somos consumidores de cultura, sino, más bien, sus creadores.

El arte puede servir como un obstáculo en la calle, que nos obliga a detenernos para reflexionar y puede levantar sonrisas en el día a día de una persona. 

El proceso de creación, incluyendo la escritura y la narración de nuestras historias, puede ayudarnos a desacelerar la marcha para que podamos reflexionar juntos, en lugar de hablar sin escucharnos. Vivimos en una cultura de medios de comunicación y estamos en una batalla de ideas y valores. El arte ayuda a crear, a dar vida a las ideas y a hacer visibles los valores.

Todas las formas de organización comunitaria son actos creativos. Todas las formas de organización comunitaria buscan debatir ideas, generar debate, postular una visión del mundo, cuestionar el modelo, ayudar a personas, asistir a necesidades, unir comunidades que han sido fragmentadas por la desconfianza al otro, el miedo, y el silenciamiento de su conocimiento personal por el poder de los medios y el sistema.

El arte es parte inherente al ser y todas sus formas de expresión son formas de comunicación con el otro. Las calles son el espacio donde esas manifestaciones se evidencias en todas sus formas. La calle es el lugar donde exponemos nuestras ideas y mediante ellas podemos integrar al otro, contarle lo que pensamos, hacerlos pensar, mostrar un mundo, una realidad diferente. Escucha y mira la calle. Ella está llega de gritos de gentes que intentan ser escuchadas, que intentan despertarte para que te cuestiones como quieres vivir, cuántos somos los que queremos cambiar esta realidad y cómo es posible hacerlo.


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